lunes, 16 de septiembre de 2013

Ley de 3



La ley de 3 




La venganza es una de las acciones más instintivas en el ser humano. Toda ofensa y todo daño recibido ya en nuestra propia persona o en la de un ser querido evoca inmediatamente el deseo poderoso de la venganza, o lo que es lo mismo, el deseo de ver la justicia realizada en la persona que nos hirió u ofendió.
Este es un sentimiento natural porque el espíritu humano se nutre de amor, y cuando el amor le es negado, o recibe odio y malevolencia a cambio o ese daño a quien lo ocasiono.

Desafortunadamente el ser humano no tiene suficientes conocimientos espirituales ni suficiente control propio para llevar a cabo un castigo justo y perfecto a quien lo merece. Por eso Dios, en su gran sabiduría, se ha reservado la venganza como un derecho divino, prohibiéndole terminantemente al ser humano hacer uso de ella. Es decir la venganza le pertenece exclusivamente a Dios y ninguno de nosotros tiene derecho a utilizarla, no importa cuán terrible o penoso sea el daño o la ofensa recibida.

La justicia de Dios es implacable y su juicio perfecto. Nadie escapa a ese juicio y esa justicia. Nadie sabe castigar ni utilizar la venganza con la precisión y la fuerza de Dios. Si alguien te ofende o te hiere, entrega esa persona a Dios.

Limpia tu corazón de resentimiento para que tú veas que has perdonado. Entonces espera tranquilamente a ver lo que pasa con esa persona. Te aseguro que lo peor que tú le hubieras podido hacer palidece en comparación con lo que va a recibir de Dios mismo, si en verdad lo merece. Porque recuerda, Dios ve todas las cosas exactamente como son, no como nosotros las imaginamos, muchas veces erróneamente. Dios no castiga al inocente, sólo al culpable, y a esté, sólo en la medida que le corresponde.

En la magia existe una ley conocida como La Ley del Tres, la cual es una ley de justicia cósmica. La Ley del Tres dice así; "Todo aquel que me hace daño, recibirá a cambio tres veces el mal que a mí me hizo. Todo aquel que me hace bien, recibirá a cambio tres veces el bien que a mí me hizo. Igualmente, todo aquel mal que yo haga a alguien, y todo bien, lo recibiré tres veces."

Toda persona que se cobija bajo la ley del tres, ve sin fallar la justicia y la venganza de Dios en quién le hace daño, y su recompensa a quién le hace el bien, multiplicado tres veces. Pero también sus propias acciones son castigadas y recompensadas tres veces. Sólo aquellas personas con un gran sentido de justicia y fe en Dios deben cobijarse bajo esta ley ya que puede ser fácilmente un cuchillo de dos filos.

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